En estos últimos años de abundantes lluvias nos ha
sorprendido el resurgimiento de antiguos humedales desaparecidos en distintas
partes de nuestra geografía, a estos se unen otros que se han formado a consecuencia
de actividades mineras a cielo descubierto, el mas espectacular en la provincia
de Granada es el de las minas de Alquife
que contiene un lago en el cráter artificial que la extracción desde siglos ha
formado, pero otras menores también han formado puntos de agua bastante interesantes,
una de ellas se encuentra en la falda del Montevives en Alhendín, mirando a la
Vega granadina, es un ejemplo de cómo las diferentes formas de vida se van
instalando creando comunidades acuáticas de cierta importancia, las primeras en
ocuparlas son las aves: limícolas, ardeidas y otras acuáticas, a estas le
acompañan grupos de paseriformes, abejarucos, abubillas etc, otros vertebrados
como anfibios y reptiles con menos capacidad de dispersión encuentran el
hábitat ideal, como si siempre hubieran estado esperando este nuevo espacio, en
el barro se ven huellas de mamíferos como mustélidos, zorros, suponemos que las
cabras montesas de Montevives también bajarán a beber, el jabalí se pasea por
estos lares y como prueba se encontró un cráneo cerca de una charca, no menos
importante es la presencia de invertebrados siendo notable las diferentes
especies de odonatos.
Canteras de Montevives en Alhendin y la Malaha. |
Otro caso paralelo ha ocurrido en otra cantera de material de construcción
abandonada en Jun, las caracteristicas son similares ya que es de extracción a
cielo abierto y con terrenos de yesos y arcilla, este humedal es reciente y a él tímidamente se van
apuntando los pájaros que usan el cañaveral y los tarajes como dormideros y mantiene
una población de sapo corredor mas que aceptable, seguramente la mas importante
de esa zona periurbana, la naturaleza del terreno dan una flora de
características únicas, adaptadas a una cierta salinidad y a periodos de
escasez de agua, siendo su vegetación, los tarajes, los rascaviejas ,alcaparras,y una
planta exclusiva de estos ambientes y poco frecuente del género limonium que
aquí mantiene unos buenos efectivos.
Reciente humedal en Jun formado en una cantera destinada a materiales de construcción. |
En el término municipal de Íllora, compañeros de la
Asociación Herpetológica Granadina descubrieron en una antigua cantera de
arena, una charca en la que se concentraban decenas de sapos corredores todos
los años, pero que entre la desecación provocada por el desarrollo de la
primavera y verano y la absorción propia del terreno, casi nunca podían
completar el ciclo; solicitando permiso a los dueños y una ayuda al Ayuntamiento
de Illora, consiguieron impermeabilizar la charca y cercarla para evitar
deterioro por el ganado y jabalíes
,dando como resultado una explosión de natalidad de sapos corredores en este
año pasado.
Pequeña cantera de arena en Íllora que se ha acondicionado para evitar pérdidas de agua. |
A esta charca la llamaron de los cabezones, seguramente por
el nombre que le suelen dar a los renacuajos, pero bien se podría atribuir al
empeño de estos naturalistas para realizar esta actuación.
Amplexo de sapo corredor, esta especie está presente en estas canteras. |
Ejemplar de limonium sin determinar que por sus características podría ser de una especie en peligro de extinción. |
Las especies de libélulas son variadas y aqui encuentran el ambiente idóneo. |
Como siempre cuando describimos estos escasos puntos de
agua, la recomendación es favorecer su permanencia evitando drenajes y otras
intervenciones humanas como los vertidos de basuras y restos de obras. No
estamos hablando de grandes inversiones, sino de voluntad.
Esto puede ser un beneficio para los municipios en los que
están ubicados ya que es un aliciente cultural y ambiental que no todos los
pueblos pueden disfrutar.