A principios de marzo
nos avisaron de que, en un punto de la carretera de La Cabra (Padul), estaban apareciendo muchos sapos corredores (Epidalea calamita) atropellados. El lugar es una
vaguada donde se habían formado pequeños charcos de lluvia en mitad de un
sembrado, a pocos metros de la carretera comarcal. La mayoría de
los charcos estaban a un lado de la carretera, por lo que los sapos procedentes
del otro lado debían cruzarla para llegar al agua.
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Los charcos estaban en un sembrado, junto a la carretera.
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Cada
noche, sobre todo si era lluviosa, muchos sapos intentaban cruzar la carretera y eran atropellados en gran número.
El problema se concentraba en un tramo de 300 m de vía, en donde un día contamos 366 ejemplares atropellados. Fuimos allá varias noches a
rescatar lo que podíamos y en total retiramos del asfalto más de 500 sapos vivos,
que luego soltamos lejos de la carretera. Era un poco desesperante observar cómo, mientras retirábamos unos ejemplares, otros nuevos aparecían por la
cuneta y continuaban los atropellos.
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Por la noche los sapos invadían la carretera.
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Ejemplar atropellado. |
Era poco probable que
el agua se mantuviera el tiempo suficiente para que los renacuajos completaran la
metamorfosis. De hecho, en los siguientes días observamos cómo muchos cordones de huevos quedaban al descubierto al evaporarse el agua.
Por seguridad trasladamos algunas puestas a unas charcas situadas en unas canteras cercanas (Alhendín) y a otras charcas recientemente construidas en los jardines de la
Facultad de Psicología (Granada), donde esperamos que las larvas se desarrollen
con normalidad.
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Trasladamos algunas puestas a otras charcas.
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A partir de ahora realizaremos un seguimiento de este tramo de carretera. Si estos atropellos masivos continúan habrá que plantearse soluciones más definitivas, como la colocación de barreras.