domingo, 24 de julio de 2011

ANFIBIOS ALBINOS EN GRANADA

Comparativa entre larvas Foto; J M Gonzalez.

El pasado mes de junio me encontré una larva albina de sapo partero bético (Alytes dickhilleni) en la sierra de Huétor-Santillán. El animal destacaba junto a otras larvas de su misma especie, las cuales, además, eran muy negras. En agosto de 2010 había observado otra larva similar, también de esta especie y por la misma zona.
Larva albina de Montillana. Foto; J L Esteban.
En nuestra provincia se han localizado anfibios albinos en varias ocasiones. Javier Benavides y cuatro autores más tienen publicada una nota (Boletín de la AHE, nº 11), acerca del hallazgo en la sierra de Castril de una larva albina de sapo partero bético en octubre de 1995, así como de dos larvas, también albinas, de salamandra común (Salamandra salamandra) en octubre de 1997. En marzo de 2008, José Luis Esteban encontró una larva albina de sapo partero bético en la sierra de Parapanda, y en febrero de 2009, junto a José Francisco Sánchez, observó otra en la sierra de Montillana. También en febrero de 2009, Javier Benavides y José Luis Esteban localizaron en los Alazores una hembra adulta y albina de gallipato (Pleurodeles waltl). Y seguro que otros naturalistas granadinos tienen en sus cuadernos de campo algunas observaciones más.
Larva con pigmentación normal. Foto; J L Esteban.
En provincias vecinas se tiene constancia de casos de albinismo, al menos, en sapo partero bético, salamandra común y rana común (Pelophylax perezi), y entre otras especies ibéricas en las que se ha detectado este fenómeno destaca, por su mayor frecuencia, un primo de nuestro sapo partero, concretamente el sapo partero común (Alytes obstetricans), por lo que es posible que el género Alytes sea más propenso que otros anfibios a padecer esta alteración.
Es bien sabido que el albinismo está originado por un gen recesivo que reduce o impide la síntesis de melanina, lo que se manifiesta por una coloración muy clara en la piel, y a veces también en los ojos. Se ha señalado muchas veces que estos ejemplares albinos son más visibles que los normales, lo que les supondría una desventaja al ser detectados con más facilidad por los depredadores. Este razonamiento es lógico, al menos a nuestros ojos, y probablemente sea cierto, aunque desconozco si existen estudios concretos realizados con anfibios que avalen esta suposición.


Gallipato albino en Alazores. Foto; J L. Esteban.


José María González Cachinero

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