La mayor amenaza actual a un grupo de vertebrados la protagoniza un hongo llamado Batrachochytrium dendrobatidis que provoca la quitridiomicosis , una enfermedad letal que asfixia a los anfibios en el momento final de la metaformosis , el hongo se desarrolla en unas condiciones concretas de temperatura (21º a 27º) y en medios acuáticos, la trasmisión de las esporas también precisan de un medio húmedo.
Las poblaciones de montaña son las mas vulnerables ya que se supone que una alteración climática puede provocar la expansión del hongo o activar la existencia del mismo.
Aunque a nivel mundial, tristemente hay numerosos ejemplos, en la Península Ibérica las especies mas propensas a contraer el hongo son las pertenecientes al género Alytes y se cree que tambíen los urodelos son candidatos a contraerla, sospechando que la extinción de la salamandra en la Sierra de la Demanda y de Sierra Nevada tenga que ver con el quitridio.
|
El sapo partero bético es la especie mas sensible al hongo |
Ahora le ha tocado a la provincia de Granada, han sido detectados varios individuos muertos de Alytes dickhilleni en un abrevadero de Sierra Arana, que tras ser enviados al Museo de Ciencias Naturales de Madrid ha sido confirmada la presencia del hongo.
Desde nuestro blog proponemos el protocolo a seguir para evitar la trasmisión de la enfermedad.
La quitridiomicosis es una enfermedad que afecta a los anfibios y es una de las causas principales del declive generalizado de los anfibios en todo el mundo. Tal es la magnitud del problema, que la quitridiomicosis ha sido definida como la enfermedad infecciosa conocida más peligrosa para los vertebrados, dado el número de especies afectadas y su capacidad para provocar extinciones.
La enfermedad está provocada por un hongo (ya conocido como “el hongo asesino”), Batrachochytrium dendrobatidis, perteneciente al grupo de los quitridios. Los hongos de este grupo son conocidos desde hace tiempo como parásitos de plantas e invertebrados, pero esta nueva especie recién descubierta resulta letal para los anfibios.
Las poblaciones de anfibios afectadas por la enfermedad que produce este hongo desaparecen en pocos meses, aunque el medio permanece inalterado. Cuando las zoosporas del hongo entran en contacto con los anfibios, se fijan en la queratina de la piel y, a los pocos días, desarrollan esporangios maduros, que generan un tubo de descarga que perfora la piel del animal infectado para liberar nuevas zoosporas.
Todas las evidencias sugieren que el hombre, en los últimos años, podría estar introduciendo el patógeno en las zonas afectadas. Así, en muchos países se han detectado anfibios infectados en comercios de animales de compañía, animales de laboratorio e incluso en partidas para consumo humano. Sin duda, la gran virulencia que presenta Bd para muchas especies de anfibios, indica que ha sido recientemente introducido en la gran parte de su distribución actual.
La quitridiomicosis se descubrió hace pocos años en Australia y Centroamérica, pero está ya distribuida por gran parte del mundo, incluida España, donde se han registrado varios casos en áreas de montaña.
En Andalucía la enfermedad fue detectada por primera vez en 2010 en dos poblaciones de sapo partero bético del P.N. de Sierra Tejeda en Málaga y otra del P.N. de Cazorla Segura y las Villas en Jaén.
Recientemente el hongo también ha sido detectado en Granada. En mayo de 2011, en un abrevadero se Sierra Arana, fueron encontrados muertos varios adultos de sapo partero bético (Alytes dickhilleni). Tras ser enviados al Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, el equipo de Jaime Bosch, ha podido confirmar que la muerte se produjo por una infección de hongos quitridios.
En Granada la situación es especialmente preocupante si la enfermedad llegara a altas cumbres como Sierra Nevada. Se ha comprobado que la enfermedad tiene especial virulencia en lugares de clima frio, pudiendo producirse mortalidades masivas como las ocurridas en Peñalara y los Pirineos.
1. LUGAR AFECTADO
La mortalidad fue detectada en un abrevadero de Sierra Arana (se omite la localización exacta para evitar acciones de desaprensivos).
En la zona existen varios puntos de agua cercanos en los que también se reproduce el sapo partero bético, por lo que es muy probable que también se encuentren infestados.
Como en cualquier otra enfermedad infecciosa, la principal forma de luchar contra estas enfermedades es evitando que se extiendan de modo que hay que evitar los muestreos de organismos acuáticos tanto este punto como en zonas aledañas.
3. RECOMENDACIONES ANTE LA ENFERMEDAD
Para evitar la expansión de la Quitriodimicosis la Consejería de Medio Ambiente de Junta de Andalucía recomienda:
· Reducir al mínimo las visitas y los muestreos en los lugares afectados, tan solo los necesarios para el seguimiento de la enfermedad, los cuales deberán ser llevados a cabo por personal cualificado y autorizado.
· Evitar también las traslocaciones de anfibios y la introducción de especies exóticas en puntos de agua, pues pueden ser reservorio de la enfermedad.
Si hay que realizar muestreos, antes de realizar los trabajos de campo se debe:
· Esterilizar todo el material que vaya a entrar en contacto con el medio o con algún animal.
· Usar guantes desechables para el manejo de ejemplares.
· Utilizar, en la medida de lo posible, material desechable.
· Llevar desinfectante para limpiar el material de trabajo tras su uso (ver procedimiento de desinfección).
· Si es necesario, retener ejemplares durante un breve periodo de tiempo (por ejemplo para ser pesados o medidos), almacenar estos de forma individual en bolsas de plástico nuevas o recipientes previamente desinfectados (ver procedimiento de desinfección 3).
· Desinfectar, después de su uso, cualquier instrumental que haya estado en estrecho contacto con un ejemplar antes de ser usado con otros ejemplares (sobre todo si ha producido heridas, tales como tijeras, pinzas, etc.).
· Si se han mantenido ejemplares en cautividad, no devolverlos nunca al medio sino ha sido mantenido en condiciones controladas en todo momento.
Procedimiento de desinfección del material de campo
Lavar bien todo el material con abundante agua para eliminar los restos de materia orgánica. Sumergir todo el material en un desinfectante comercial usado en veterinaria (Virkon) siguiendo las instrucciones del fabricante. Si este procedimiento se realiza en campo, hay que alejarse al menos 200 metros del agua.
Si no se dispone de un desinfectante comercial se puede usar lejía doméstica o usar alcohol en alguna de las siguientes combinaciones:
· Inmersión en lejía doméstica sin diluir (hipoclorito sódico al 4%) durante al menos 5 minutos.
· Inmersión en alcohol de 70 º durante al menos 30 minutos.
· Inmersión en alcohol absoluto y después quemar.
· Inmersión en glutaldehido al 1 % durante al menos 15 minutos.
· Inmersión en agua hirviendo durante 10 minutos.
· Eliminar los restos del desinfectante con abundante agua.
· Dejar secar al sol el máximo tiempo posible (mínimo 3 horas).
Recogida de ejemplares con síntomas de enfermedad o encontrados muertos sin causa evidente (por ejemplo un atropello en carretera).
Recoger el ejemplar o sus restos usando guantes desechables e introducirlo en una bolsa de plástico nueva, sin que entre en contacto con otros ejemplares o cualquier objeto.
Si se trata de una ejemplar aún vivo, o de un resto muy fresco, almacenarlo a baja temperatura (unos 6-8ºC) hasta realizar el envío. Si el envío no puede realizarse a las pocas horas, fijar el ejemplar o los restos en alcohol al 70 % antes de realizar el envío.
Si se trata de un resto encontrado en mal estado, fijarlo en formol al 4% antes de realizar el envío.
Enviar el material, lo antes posible y debidamente empaquetado para impedir el contacto con el exterior, a un experto para su análisis en laboratorio.