Hace unas
semanas nos avisaron de que en un abrevadero donde cría el sapo partero bético
(Alytes dickhilleni) había muy poca agua, así que decidimos ir a verlo. Aunque aún son numerosos los enclaves donde se reproduce esta amenazada especie, muchos presentan graves problemas y es frecuente que la reproducción no llegue a buen término.
El
lugar señalado se encuentra en el Parque Natural de la Sierra de Huétor (Granada), un
espacio natural cercano a la capital que es
utilizado como zona de esparcimiento para el área metropolitana de Granada.
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Parque Natural de la Sierra de Huétor |
Nos dirigimos al
cerro del Chorrillo, una zona donde se alternan bosques y claros, éstos
últimos ahora rebosantes de insectos florícolas.
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Escarabajo cerambícido del género Stictoleptura
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Avispa Colpa quinquecincta |
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Ectophasia leucoptera, una preciosa mosca |
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Juvenil de lagarto ocelado (Timon lepidus) |
En ese cerro hay
un nacimiento que siempre tiene agua, al menos nunca lo hemos visto seco.
Ese agua se canaliza hasta varios abrevaderos metálicos en donde beben las ovejas, y
es en ellos donde casi todos los años se reproduce el sapo partero bético.
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Abrevaderos donde cría el sapo partero bético |
Sorprendentemente, en esta ocasión no encontramos en el agua larvas de sapo partero sino de sapillo
pintojo ibérico (Discoglossus galganoi), una especie que nunca habíamos
visto reproduciéndose en ese lugar y pocas veces en ese hábitat. Por fortuna, los
abrevaderos tenían bastante agua y no fue necesaria ninguna actuación por nuestra parte ya que calculamos que las larvas podrían
completar su metamorfosis sin problemas.
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Larvas de sapillo pintojo ibérico de 2-2,5 cm |
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Larva de sapillo pintojo ibérico |
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Adulto de sapillo pintojo ibérico (foto de archivo) |
Nos alegró encontrar larvas de sapillo pintojo ya que este anfibio parece estar disminuyendo en muchos lugares, pero nos quedamos sin saber por qué no había larvas
de sapo partero, que es la especie que siempre habíamos visto allí. Quizá se reprodujo antes y sus larvas ya se habían desarrollado y dispersado.
Antes de irnos conversamos con el ganadero propietario del terreno, al que de nuevo informamos del valor de
esos abrevaderos para la reproducción de los anfibios.