El conocimiento de los anfibios de Sierra Nevada es todavía muy escaso. No dejan de sorprendernos muchos registros que van apareciendo últimamente. En noviembre de 2007 se encontró el primer registro de sapo partero bético en la cabecera alta del Genil. A finales de abril de 2011, hicimos una visita al lugar para ver si encontrábamos más indicios de la presencia de esta especie. No tuvimos la suerte de verlo, pero sí escuchamos cantar a la rana común y observamos larvas de sapo común, por lo que queda patente la gran importancia de esta localidad para los anfibios. Estuvimos hablando con un pastor local, sabio conocedor de la zona y nos aseguró que este punto de agua nunca se seca. Esto es muy importante para el desarrollo de las larvas del sapo partero bético, que por su gran tamaño necesitan aguas permanentes o que duren durante la sequía estival. El hecho de no haber visto esta vez al sapo partero no debe desalentarnos. Por lo visto esta especie en Sierra Nevada tiene una detectabilidad muy baja. Últimamente ha habido otros registros en lugares donde nunca se había sospechado que estuviera presente, como la cabecera alta del río Trevélez. Estos dos hallazgos pueden significar que el sapo partero bético, antaño considerado ausente en el núcleo central de Sierra Nevada, podría estar por muchos más lugares de los que conocemos... Sin duda, todavía queda muchísimo por descubrir sobre los anfibios de Sierra Nevada.
Texto y foto; Octavio Jimenez Robles
¡Ánimo, pues!
ResponderEliminarOctavio, enhorabuena por tu estético e interesante blog, tu trabajo y tus fotos lo merecen, un abrazo
ResponderEliminarF. Bolívar