jueves, 10 de diciembre de 2015

Retirando sedimentos

Durante este mes de diciembre, varios miembros de la Asociación Herpetológica Granadina hemos estado en una pequeña charca situada en la parte alta de Sierra Arana (término municipal de Cogollos Vega), en una zona de difícil acceso a 1.750 m. Se trata de un antiguo embalsamiento originado cuando el agua de un nacimiento es retenida por un muro artificial. Hace más de una década criaba en él el sapo partero bético (Alytes dickhilleni), pero actualmente la charca está casi colmatada por los aportes arrastrados por escorrentía, y el muro se encuentra muy deteriorado y deja escapar bastante agua. La charca es utilizada como bebedero por el ganado doméstico y la fauna silvestre de la zona, y no sabemos si el sapo partero bético aún sigue reproduciéndose.

La charca estaba casi colmatada.

Nuestra idea era eliminar todo el barro posible, al menos en una parte de la cubeta, y dejar una zona de cierta profundidad con las condiciones adecuadas para la reproducción del sapo partero bético y otros anfibios.

Sin excavadora sólo hay una manera: doblando el cuerpo.

Parecía que cuánto más barro quitábamos, más barro quedaba.

Había que coger un ritmo constante: sin prisa pero sin pausa.

A golpe de pala y espuerta extrajimos el suficiente barro como para dejar una superficie de agua libre de 1/3 de la charca original, con una profundidad de unos 35 cm (no es demasiado, pero era mucho el cieno acumulado allí durante décadas). También hicimos una primera reparación del muro de contención.

Una parte de la charca quedó con agua libre.

Dentro de unos meses, cuando llegue la época reproductora del sapo partero bético, volveremos para comprobar si esta actuación ha sido efectiva y la especie sigue reproduciéndose. Según lo que veamos entonces, decidiremos si lo dejamos tal cual o seguimos con la reparación. 
Otros herpetos presentes en la zona son el sapillo pintojo meridional (Discoglossus galganoi jeanneae), que posiblemente se reproduzca en la charca, y el eslizón ibérico (Chalcides bedriagai) y la víbora hocicuda (Vipera latastei) que habitan los montes de alrededor.