viernes, 15 de julio de 2022

Revisando charcas terreras restauradas

Hace unos días nos llegamos a revisar algunas de las charcas terreras que nuestra asociación había restaurado en los últimos años en Güéjar Sierra (Granada), en las faldas de Sierra Nevada. En esta ocasión subimos a los Prados de los Peñoncillos, a unos 2050 m de altitud.

 

Las charcas son pequeños oasis en las secas laderas nevadenses  



En un artículo anterior (3 de febrero de 2022) comentábamos que estas charcas artificiales se construían junto a un nacimiento y servían para regar pequeñas parcelas cultivadas en una época pasada en la que predominaba una economía de subsistencia. La posterior desaparición de esos cultivos supuso también la pérdida de la mayoría de las charcas, que terminaron totalmente colmatadas. Una de las actuaciones que realiza nuestra asociación es su recuperación para transformarlas en hábitats para anfibios y demás flora y fauna acuática.


Antigua charca que aún permanece colmatada. La línea roja marca el borde aproximado de la antigua lámina de agua

 

Charca restaurada hace dos años que se mantiene en buen estado


A pesar de la actual sequía, casi todas conservan bastante agua




Los tres círculos rojos muestran la localización de tres charcas





La zona que recorrimos es frecuentada por el sapo común (Bufo spinosus) y el sapo corredor (Epidalea calamita), y en menor medida por el sapo partero bético (Alytes dickhilleni). Antes de estas actuaciones estas especies contaban con pocos lugares para reproducirse -apenas algunos charcos y regatos que duraban poco tiempo-, pero ahora las charcas ofrecen bastantes enclaves para ello.

 

Cópula de sapo común (Bufo spinosus), la especie más beneficiada por estas actuaciones

Cópula de sapo corredor (Epidalea calamita)

Libellula depressa es una de las libélulas que han colonizado estas charcas

Por los alrededores se encuentra el ortóptero Pycnogaster inermis, endémico de Sierra Nevada y otras sierras próximas

Estas masas de agua también sirven como bebederos para la fauna local y favorecen la aparición de prados verdes (borreguiles) que son frecuentados por el ganado.

 


En esa mañana revisamos 23 charcas restauradas. Salvo una que estaba seca, todas se encontraban con agua abundante y en buen estado, aunque algunas que tenían varios años de existencia reclamaban ya algunos retoques de mantenimiento. 

 

Estos pequeños humedales aportan diversidad al paisaje






La mayoría de estas actuaciones se realizaron con fondos proporcionados por la Asociación Herpetológica Española, obtenidos a su vez de convocatorias de Actividades de Voluntariado del Organismo Autónomo Parques Nacionales. 

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