jueves, 9 de mayo de 2024

Echando agua con un resultado feliz, o casi

A mediados de marzo aparecieron unos cordones de huevos de sapo corredor (Epidalea calamita) en el aparcamiento del Centro de Visitantes del Parque Natural "Sierra de Huétor", en un charco formado tras las lluvias caídas esos días.

Cordones de huevos de sapo corredor

El sapo corredor es propio de ambientes abiertos, secos y cálidos, hábitat para el que presenta diversas adaptaciones. Al llegar la época reproductora, los adultos responden con rapidez a la presencia de lluvias (sobre todo tras un periodo de sequía), y la formación de una pequeña charca es estímulo suficiente para iniciar la reproducción. Su periodo larvario es corto (30-55 días), el menor entre los anfibios de nuestra provincia, lo que es una adaptación a la temporalidad de sus lugares de puesta. 

Adulto de sapo corredor

En la provincia de Granada suele reproducirse en pequeñas charcas temporales poco profundas, incluso en rodadas de vehículos temporalmente inundadas. Si esas lluvias no se repiten, los charcos se secan pronto y todos los renacuajos mueren, que es lo que ocurre casi todos los años. Pero algunos años, muy pocos, las precipitaciones se repiten cada cierto tiempo y el agua se mantiene lo suficiente para que los renacuajos completen la metamorfosis. Aparecen entonces miles de minúsculos sapillos que inician su vida terrestre.

Tras la aparición de las puestas junto al Centro de Visitantes, la Consejería de Medio Ambiente delimitó el lugar con cinta protectora y pidió que se respetara la zona a través del Facebook oficial del Parque Natural. Desde nuestra asociación hemos colaborado trasladando por seguridad una parte de las puestas a una charca permanente próxima, construyendo un pequeño murete con tierra y piedras para mantener el charco y acudiendo periódicamente con garrafas para echar agua. Sabemos que también han colaborado empleados y voluntarios del Centro de Visitantes gestionado por la empresa “Sierra Nevada Natural”, así como algunos particulares. 

El charco estaba al borde del aparcamiento y la Consejería lo delimitó con cinta protectora


Se construyó un pequeño murete para que el agua no se derramara



Centenares de larvas




Cada pocos días había que ir a echar agua, sobre todo si el tiempo era caluroso


Las lluvias de Semana Santa vinieron muy bien

Durante varias semanas las larvas se han ido desarrollando con ayuda de las precipitaciones caídas, sobre todo en Semana Santa, pero sin la ayuda del agua aportada por los voluntarios el charco se habría secado y todas las larvas habrían muerto. En abril comenzaron a abandonar el agua los primeros metamórficos.

Minúsculo sapillo tras completar la metamorfosis


Inician su vida terrestre con 7-13 mm 


El charco se ha secado del todo en la segunda semana de mayo. Algunas larvas no han tenido tiempo de salir, pero centenares o miles de sapillos han podido completar la metamorfosis y dispersarse por el entorno inmediato, con lo que el resultado ha sido positivo casi al 100 %.


Charco seco en mayo. Fin de la historia