A
mediados de marzo aparecieron unos cordones de huevos de sapo corredor (Epidalea
calamita) en el aparcamiento del Centro de Visitantes del Parque Natural "Sierra de Huétor", en un charco formado tras
las lluvias caídas esos días.
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Cordones de huevos de sapo corredor |
El
sapo corredor es propio de ambientes abiertos, secos y cálidos, hábitat para el
que presenta diversas adaptaciones. Al llegar la época reproductora, los
adultos responden con rapidez a la presencia de lluvias (sobre todo tras un
periodo de sequía), y la formación de una pequeña charca es estímulo suficiente
para iniciar la reproducción. Su periodo larvario es corto (30-55 días), el
menor entre los anfibios de nuestra provincia, lo que es una adaptación a la
temporalidad de sus lugares de puesta.
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Adulto de sapo corredor |
En la provincia de Granada suele
reproducirse en pequeñas charcas temporales poco profundas, incluso en rodadas
de vehículos temporalmente inundadas. Si esas lluvias no se repiten, los
charcos se secan pronto y todos los renacuajos mueren, que es lo que ocurre
casi todos los años. Pero algunos años, muy pocos, las precipitaciones se
repiten cada cierto tiempo y el agua se mantiene lo suficiente para que los
renacuajos completen la metamorfosis. Aparecen entonces miles de minúsculos sapillos
que inician su vida terrestre.
Tras
la aparición de las puestas junto al Centro de Visitantes, la Consejería de
Medio Ambiente delimitó el lugar con cinta protectora y pidió que se
respetara la zona a través del Facebook oficial del Parque Natural. Desde nuestra
asociación hemos colaborado trasladando por seguridad una parte de las puestas a una charca permanente próxima, construyendo un pequeño murete con tierra y piedras para mantener
el charco y acudiendo periódicamente con garrafas para echar agua. Sabemos que
también han colaborado empleados y voluntarios del Centro de Visitantes gestionado por la
empresa “Sierra Nevada Natural”, así como algunos particulares.
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El charco estaba al borde del aparcamiento y la Consejería lo delimitó con cinta protectora |
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Se construyó un pequeño murete para que el agua no se derramara |
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Centenares de larvas |
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Cada pocos días había que ir a echar agua, sobre todo si el tiempo era caluroso |
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Las lluvias de Semana Santa vinieron muy bien |
Durante varias
semanas las larvas se han ido desarrollando con ayuda de las precipitaciones
caídas, sobre todo en Semana Santa, pero sin la ayuda del agua aportada por los
voluntarios el charco se habría secado y todas las larvas habrían muerto. En
abril comenzaron a abandonar el agua los primeros metamórficos.
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Minúsculo sapillo tras completar la metamorfosis |
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Inician su vida terrestre con 7-13 mm |
El
charco se ha secado del todo en la segunda semana de mayo. Algunas larvas
no han tenido tiempo de salir, pero centenares o miles de sapillos han podido completar la
metamorfosis y dispersarse por el entorno inmediato, con lo que el resultado ha sido positivo casi al 100 %.
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Charco seco en mayo. Fin de la historia |