sábado, 25 de febrero de 2017

Acciones en Güéjar Sierra

Hace un par de sábados, a partir de medios propios, materiales y humanos (al igual que con las acciones llevadas a cabo en Zafarraya durante el día de los Humedales) y, sobre todo, gracias a la iniciativa incansable de nuestro amigo Pepe Quirós, un grupo de miembros de la AHG aprendimos un poco de la maestría local y colaboramos en la instalación de un dique de refuerzo y un vallado perimetral en una gran balsa terrera en finca privada consorciada en el término de Güéjar Sierra, plantando además vegetación autóctona. Aquí va el reportaje...

Julio aporta piedras de la zona para el levantado del muro de contención.
Ángel construye un pretil de piedra como elemento de refuerzo en la parte de rebosadero.



La maestría de Mariano resultó indispensable.

Elías y Antonio se ocupan de la fijación de uno de los apoyos.


El resultado final. Ahora la charca es segura. Ya sólo falta que llueva!
Se remata con una plantación de arbolillos.




















Tras una excelente comida, barbacoa incluida, tuvimos al fin la oportunidad de acometer la segunda parte del día; el recrecimiento del sumidero de la laguna superior del Calar de Güéjar, incluida como Humedal de Andalucía (“Laguna de las Trincheras”), y con un problema de temporalidad excesiva de su lámina de agua, entre otros (habría que añadir los herbicidas en los lixiviados que ya han causado alguna mortandad de anfibios en la zona).


Realizamos un leve recrecimiento del nivel de la laguna gracias a un murete de piedra seca, y una limpieza del desagüe. Además, creamos refugios terrestres para los anfibios y reptiles. Para todo esto se solicitó previamente el oportuno permiso a la autoridad ambiental competente y el permiso de la propietaria de la finca de la Argumosa.

Transporte de los materiales hasta el punto de trabajo (nota: no había anfibios activos en la zona, por supuesto, al estar la laguna completamente seca).
Primeramente, se nivela y proyecta la actuación.

Transporte y colocación de los sillares más pesados de la base. Su manipulación requiere más maña que fuerza física.

Se aporta tierra y piedras de la zona en carretilla y usando la furgoneta.
Se apelmaza la arcilla de la base de una de las charcas, de donde hemos tomado el sustrato para la actuación del murete.
Se va preparando la mezcla con tiento y maña. Es indispensable un contenedor apropiado al volumen de mezcla que se va a usar.
Poco a poco, el murete del sumidero va tomando forma y alcanzando la altura prevista.








Se reexcava el propio sumidero para que siga dando servicio a la charca inferior

Se añade una capa superficial de hormigón grueso para darle consistencia al conjunto.

 Se le añade el hormigón superficial (Pepe y Mariano prepararon dos sacos completos), que fue repartido con maestría con la paleta por el señor Quirós. En el otro lado, se reexcavó el sumidero del vaso, que no se puede perder para dar servicio a la chaca inferior (tan importante para especies como el gallipato o la renita meridional) y que no se vean afectados los almendros de la zona.
Se añade una capa de tierra superficial para integrar visualmente la actuación.

Aspecto final. Se añaden refugios en los laterales.

Colaboraron además en la acción como voluntarios locales y maestros Pepe, Ángel, Mariano y José Manuel, con la colaboración de los voluntarios Antonio Yeste, Elías y Jan, el benjamín del grupo.

Este humedal constituye uno de los mejores puntos de cría para especies amenazadas de anfibios en la provincia, entre ellos, el gallipato (Pleurodeles waltl), el sapillo moteado ibérico (Pelodytes ibericus), por temporadas, el sapillo pintojo meridional (Discoglossus galganoi jeanneae), y la siempre presente ranita meridional (Hyla meridionalis), que tiene su mayor cota peninsular aquí. También, otras comunes, aunque en regresión, como el sapo común (Bufo spinosus) o el sapo corredor (Epidalea calamita). Como especie de reptil con interés, la cada vez más escasa culebra de collar ibérica (Natrix astreptophora). Como especies extintas en tiempos recientes, se menciona el tritón pigmeo (Triturus pygmaeus) y el galápago leproso (Mauremys leprosa), este, en los últimos 10 años.

Entre la problemática constatada en esta zona, se nombra la excesiva estacionalidad de las láminas, que algunos años no llegan ni a formarse, el empleo de fitoquímicos en los cultivos cercanos de almendros, con mortandades puntuales de anfibios (gallipato y sapillo moteado en 2016), la reducción del vaso por obras (vaso inferior),  la colmatación de ambas lagunas, la escasez de refugios en la superior, el pisoteo por ganado y caballos sueltos, o la presencia de jabalí o puntual de cangrejo rojo americano (por fortuna, parece que desaparecido ya).

Ya sólo nos queda esperar las ansiadas lluvias…

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