La casualidad me llevó a descubrir el momento justo de la eclosión de las mantis de una ooteca, salían con las patas pegadas al cuerpo asemejandose a momias extraterrestres, cuando se desperezaban corrian por todas partes atacandose incluso entre ellas, la sorpresa no terminó ahí, una lagartija asomó por la esquina y empezó el tierno festín hasta que se dió cuenta de que era observada, haciendo mutis por el foro.
Texto y video: Javier Benavides
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