sábado, 12 de abril de 2014

Hay razones para CONSERVAR (1ª parte)

Resulta verdaderamente frustrante escuchar las palabras:

"¿Y para qué sirve proteger a los sapos/salamandras/gallipatos/lagartos/serpientes/etc.?"

A nadie se le ocurre plantear algo parecido con la Alhambra de Granada, el acueducto de Segovia, e incluso, en materia de conservación de especies amenazadas, el lince ibérico o el águila imperial. La conservación de algunas piezas del patrimonio natural en este país es algo que parece no estar tan claro como la de nuestros monumentos o la de las icónicas "especies bandera". Una asignatura aún pendiente en nuestra sociedad al fin y al cabo.

Para tratar de paliar esto, la falta aún de divulgación social al respecto, abriremos desde ahora una serie de "motivos para todos los públicos"; una especie de "catecismo", "decálogo de principios" o como se quiera llamar a un elenco de buenas razones que los científicos conservacionistas han elaborado, aduciendo a diversos aspectos éticos, estéticos, científicos e incluso económicos, con alguna pincelada de filosofía propia. "Porque existen y han llegado hasta nosotros", "por precaución", "porque nos queda aún mucho por conocer", "por nosotros mismos"...

Para todos, hay razones para CONSERVAR.







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