miércoles, 29 de octubre de 2014

Campaña de rescate de ofidios en Sierra Nevada.



“Esta publicación está escrita con mucho cariño, y también con la intención de volver a dar a conocer la situación para que se solucione” Raúl león.

En Cumbres Verdes, cerca de La Zubia y dentro del Parque Natural de Sierra Nevada existe una trampa mortal para la fauna local, una trampa que como dice un compañero “lleva cobrándose vidas desde la década de los 20 del pasado siglo”. Cosa que nos parece extremadamente preocupante y que requiere una solución inmediata. Esta trampa es el canal de la espartera, que se extiende varios kilómetros atravesando una ladera, por lo que animales que descienden por el terreno, que buscan agua, comida o por otras diversas razones, acaban cayendo o entrando en el canal, del que luego no pueden salir al tener este paredes verticales demasiado altas. En las zonas techadas del canal, donde hay agujeros en el cemento, parece que los pequeños animales entran por estos huecos que parecen ser un buen refugio y acaban precipitándose al interior del canal. Así que el problema es complejo, pero la solución, seguramente muy sencilla. Para evitar cientos muertes bastaría con poner algunas rampas a lo largo del recorrido del canal, para que los animales que caigan puedan salir. Adicionalmente, al igual que se realizan trabajos de mantenimiento del canal sellando grietas del suelo y pareces con cemento, habría que sellar los agujeros en el techado para evitar que los animales entren por ellos y caigan al canal. Así de sencillo y económico.

Paisaje en Cumbres Verdes (La Zubia), Parque Natural de Sierra Nevada. Foto: Antonio Yeste.



Canal de la espartera, donde quedan atrapados cientos de animales. Foto: Raúl León.



Culebra lisa meridional (Coronella girondica) nacida en el año, atrapada en el canal, intentando encontrar una salida. Foto: Raúl León.



Muchos de los que vamos al campo a observar “bichos” habíamos realizado avistamientos puntuales sobre animales atrapados en el canal y casi siempre se trataba de reptiles, sobre todo ofidios. El canal de la espartera lleva agua gran parte del año, así que los animales que caen son arrastrados por la corriente y si no se ahogan, cosa que es muy probable por la fisonomía interior del canal, quizás puedan salir a la toma de agua del final del conducto, donde acabarán atrapados igualmente. Otra posibilidad es que la compuerta de la toma del canal esté abierta y algún superviviente salga al río y pueda llegar a tierra firme.
En la breve época en la que no lleva agua y la temperatura es suficientemente alta como para permitir actividad de reptiles, estos animales quedan atrapados a un ritmo escalofriante, se podría decir que cae un animal al día durante el periodo favorable para su actividad.

Las primeras observaciones de las que tenemos constancia como las de Gabriel Martínez relataban que sólo investigando en una parte muy reducida del canal se encontraron atrapados un lagarto ocelado (Timon lepidus nevadensis) adulto, una culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) adulta y desnutrida, un subadulto de la misma especie, una culebra lisa meridional (Coronella girondica) y una ardilla muerta. Otro compañero, Alexis Puente encontró en una ocasión el esqueleto de un ofidio que seguramente habría muerto de inanición y una culebra lisa meridional caída en el canal que posteriormente fue asesinada por algún visitante muy intolerante y desinformado. Y así en el año 2012 un grupo de amigos, Alfredo Sánchez, Juan Lorente, Vito Gómez y Raúl León, se encaminaron hacia Cumbres Verdes para sacar los bichos que en el canal hubieran caído, pero esta vez recorrieron el canal entero. Encontraron 5 ofidios atrapados (culebra lisa meridional neonata, culebras bastardas juveniles…). Viendo esto, el siguiente fin de semana, Manuel Soto, Jonathan Romero, Marta Precioso, Juan Ramón Fernández y Raúl León, regresaron para hacer el mismo itinerario y comprobar si habían vuelto a caer animales. Efectivamente lo que encontraron fue alarmante, en una semana habían caído 7 animales (culebras bastardas juveniles, culebra de cogulla, lagarto ocelado, ratón de campo…). Colocamos una rampa con piedras como pudimos.
Al conocer estos hechos se hizo saber a la administración del Parque Natural de Sierra Nevada la gravedad de este asunto mediante un informe. Se habló de medidas correctoras para que la fauna pudiera salir del canal. Sin embargo aparentemente nunca ha habido ningún intento de mejorar esta situación. Por ello, volvemos a reiterar por varias vías para que se solucione esta situación. Estamos hablando de cientos de vidas de animales perdidas en el canal.

Este año, 2014, visitamos el canal durante 4 semanas consecutivas en las que hemos encontrado atrapadas en el canal la friolera de ¡¡24 culebras!!. En esta ocasión otro grupo de gente apasionada ha dedicado su tiempo, esfuerzos y algo de su economía a este menester. Agostina Zavia, Antonio Serrano, Antonio Yeste, Isabel Salado, Mauri Santa y Raúl León han sido puntuales a su cita con el rescate de ofidios. En la visita número 1 encontramos 11 ofidios atrapados y un lagarto ocelado muerto. De estos 11 ofidios de 4 especies diferentes, dos culebras bastardas se encontraban desnutridas, una de ellas extremadamente delgada. Otro de los ofidios era una culebra de cogulla (Macroprotodon brevis ibericus), catalogada por la UICN de “casi amenazada” (NT) y “de interés especial” por el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. El listado total de animales atrapados fue:
3 Culebras lisas meridionales (Coronella girondica): 2 nacidas en el año y 1 subadulto
1 Culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis): nacida en el año
1 Culebra de cogulla occidental (Macroprotodon brevis ibericus): nacida en el año
6 Culebras bastardas (Malpolon monspessulanus): 4 nacidas en el año, 1 subadulto, 1 hembra adulta y 1 macho adulto.
1 Sapo corredor (Epidalea calamita)
1 Lagarto ocelado (Timon lepidus) juvenil: muerto
1 Culebrilla ciega (Blanus cinereus): muerta
Por supuesto liberamos a todos los animales atrapados, a cierta distancia en la ladera más abajo del canal.

Antonio Serrano y Antonio Yeste fascinados con las dos primeras culebras que sacamos del canal. Dos culebras bastardas: una hembra adulta algo desnutrida y un subadulto.  Foto: Raúl León.



Gran cantidad de culebras halladas en 100-200 metros de canal, 5 ofidios en total. Se trata de 2 culebras lisas meridionales y 1 culebra de herradura nacidas hace poco, y 1 culebra lisa meridional y culebra de cogulla subadultas. Es impresionante la cantidad de animales que caen al canal. Foto: Antonio Yeste.



Sapo corredor (Epidalea calamita) que se encontró en el interior del canal. ¡Qué bonitos ojos!. Foto: Antonio Yeste.


 Culebra de cogulla occidental (Macroprotodon brevis ibericus), catalogada como “casi amenazada” por la UICN. Foto: Antonio Yeste.



Como si la Madre Naturaleza nos quisiera obsequiar con un gran regalo por ayudar a sus hijos e hijas, cuando volvíamos apresuradamente para intentar coger el bus de vuelta, aparece casi invisible entre las ramas de una aulaga un juvenil absolutamente precioso de víbora hocicuda (Vipera latastei). La euforia nos envuelve y por supuesto perdemos el autobús mientras la observamos.

La dama escamosa, la víbora hocicuda (Vipera latastei). Observad su precioso diseño en zig-zag y la cola amarilla. Nos sentimos profundamente agradecidos de poder encontrarla en su hábitat. Foto: Antonio Yeste.



Y así fueron sucediéndose estos fines de semana. Cuando llovía nos preocupábamos y comentábamos si las serpientes que hubieran caído estarían en el canal heladas de frío y en el agua o si estarían bien hasta que pudiéramos ir de nuevo a sacarlas. Sí amigos y amigas, para nosotros y nosotras estos seres vivos no son unos bichos autómatas, que sólo actúan por instinto y poco más, mientras que suponemos que los humanos somos el culmen de la evolución y somos los únicos inteligente. Esto nos parece tan lejos de la realidad como la galaxia más alejada del universo. Cada animal que encontramos es apreciado, mimado y devuelto con gran ilusión y emoción a la naturaleza. Tened en cuenta que cada individuo es un ser único, un ser que siente, un ser que tiene una vida como la tenemos tú y yo, y querrá vivirla como tú o como yo. Cuando caen al canal, intentan buscar una salida, durante horas o días, y no la encuentran. Muchas de las pequeñas culebras que hemos encontrado estaban heladas en zonas del canal que pasan bajo la montaña, totalmente a oscuras las 24 horas y con un frío que no dejaría ni que se movieran. Otras estaban muy delgadas, seguramente llevaban varias semanas, hasta más de un mes sin comer y desesperadas por no poder salir de allí, enroscadas esperando una muerte no muy digna. Por mi experiencia sacando animales atrapados de diferentes lugares como este canal, pozos etc. se ve perfectamente que los animales saben que están atrapados, y si les ofreces algo para salir, aunque nuestra presencia les de miedo, se agarran a ello porque no tienen otra salida.
No obstante, también sospechamos que muy probablemente  hay depredadores como mamíferos (zorros, garduñas, etc.) que pueden entrar en el canal, alimentarse de los animales que caen en este y salir de un salto. Hemos encontrado excrementos de este tipo de animales dentro del canal.

Los siguientes fines de semana fuimos viendo como la actividad de reptiles se reducía paulatinamente por la bajada de las temperaturas. La visita número 2 culminó con 8 ofidios liberados:
2 Culebras lisas meridionales (Coronella girondica): nacidas en el año.
2 Culebras de herradura (Hemorrhois hippocrepis): 1 nacida en el año y 1 adulta
2 Culebra de cogulla occidental (Macroprotodon brevis ibericus): 1 nacida en el año y un adulto de buen tamaño
2 Culebra bastarda (Malpolon monspessulanus): nacidas en el año
  
La visita 3 detectó una especie que no habíamos visto antes atrapada: 1 culebra de escalera, 1 culebra bastarda, 1 culebra lisa meridional y 1 desafortunada culebra de cogulla (recordemos “casi amenazada”) muy probablemente asesinada por los trabajadores que realizaban mantenimiento del canal esos días. También pensamos que la gente que trabaja en espacios protegidos deberían estar muy prevenidos de que no pueden matar ningún animal. Entenderme, no deberían matar ningún animal nunca, pero si cabe, menos aún en un especio protegido para la naturaleza, ¿no creéis?. En esta tercera visita nos acompañaron también Quique Navarro, Luis Martínez y Mario Mohino, con los que además encontramos 4 preciosas culebras viperinas (Natrix maura) en las cercanías del río Dílar.

Nueva especie registrada entre los ofidios atrapados en el canal: culebra de escalera (Rhinechis scalaris). Foto: Antonio Serrano.



El río Dílar en otoño, preciosa imagen. Foto: Antonio Serrano.



Agostina Zavia contentísima de poder liberar fuera del canal esta maravilla con escamas, una culebra lisa meridional adulta. Foto: Quique Navarro.



En la cuarta y última visita encontramos dos pequeñas culebras lisas meridionales que no hubieran cumplido ni si quiera su primer año de vida de haber quedado allí atrapadas. También encontramos una culebrilla ciega (Blanus cinereus) en el camino de regreso. 

Pequeña culebra lisa meridional en el interior del canal. Fue liberada poco después. Foto: Agostina Zavia.



Parte del equipo en el interior del canal durante la cuarta jornada: Isabel Salado, Agostina Zavia, Raúl León y Antonio Serrano. Foto: Antonio Serrano


  
Cualquier pequeño animal puede quedar atrapado, desde mamíferos hasta insectos y otros artrópodos, los cuales también hemos visto atrapados o muertos dentro del canal.

Hay otros animales que usan el canal como refugio, ya que tienen la capacidad de salir y entrar. Las salamanquesas comunes (Tarentola mauritanica) por ejemplo, que habitan las paredes. Y varias especies de murciélagos que descansan en la oscuridad durante el día. Hay que indicar que somos conscientes de que entrar en el canal ocasiona molestia a los murciélagos, y hemos procurado no molestarlos o molestarlos lo mínimo posible. Muchos ni siquiera se descolgaban del techo cuando pasábamos ya que lo hacíamos con cuidado, agachados, apagando las linternas, etc. Otras veces nos hemos tendido en el suelo para que los murciélagos que estaban volando lo hicieran hacia el interior del canal en lugar de salirse fuera de este. No obstante, les pedimos disculpas a estos mamíferos alados, pero creemos que comprenderán que no podíamos quedarnos quietos sabiendo que tal cantidad de animales estaban atrapados en el canal, sin poder salir y que esto conduciría al final de sus días.

¿Cuántos cientos de vidas se habrá cobrado el canal innecesariamente?, ¿cuántos cientos de vida debe cobrarse más para que el Parque Natural de Sierra Nevada u otro cuerpo competente haga algo?, ¿qué más se requiere para actuar?.

Agradecimientos a la A.H.G. (Asociación Herpetológica Granadina)  por la labor que llevan muchos años realizando y a todas las personas que han participado en cualquier momento en estas jornadas de rescate. También a la A.H.E. (Asociación Herpetológica Española) por redactar cartas e informes para que esta situación se solucione.



2 comentarios:

  1. Muy bien hecho, debéis estar orgullosos y satisfechos con lo que hacéis, lástima que esto no lo vean ni lo lean cuatro zoquetes asalvajados que pululan por nuestras sierras. Seguid así, hay que cuidar de nuestros ofidios.
    Yo también pongo mi granito de arena, cuando voy con la bicicleta, siempre paro cuando vea alguna culebra tomando el sol (y suelo ver bastantes), y la desalojo amablemente de la carretera.
    Hace poco vi un tritón aplastado (ya van dos) y sentí una tristeza inmensa, nunca he visto uno vivo.

    Un saludo

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  2. He leído este artículo de rescate de reptiles en el canal que atraviesa una ladera de la montaña de la sierra. Me parece muy importante la labor. También veo, que además de trampa mortal, el canal es un refugio para otras especies voladoras, como el murciélago. No sé si la solución sería que el canal fuera cubierto en su totalidad, gracias a él, podéis rescatar y ver esas pequeñas culebras que de otra manera, no creo que fuera fácil localizarlas. ¡Ánimo y un abrazo, me ha encantado!

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